sábado, 13 de octubre de 2007

Luis Pasteur

El famoso Luis Pasteur estaba cierta mañana con sus manos puestas sobre su mesa de estudio, con sus dedos juntos, en forma de pantalla y su cabeza inclinada a pocos centímetros de la mesa; hasta que por fin levantó su cabeza, y separando las manos, apareció un pequeño microscopio.
Un estudiante que había estado observándole, tan quieto, durante largo rato, dijo:-Pensaba, doctor Pasteur, que estaba usted orando.-Así es -replicó el científico levantando su microscopio estaba diciendo a Dios cosas muy lindas, aunque no tanto como las que El estaba diciéndome a mí por medio de sus obras.

Evitemos en el dia de hoy que nuestras ocupaciones y diario agitar mantengan nuestros ojos y nuestros corazones cerrados, tomemos un minuto para disfrutar y agradecer los maravillosos regalos que Dios nos da en todo momento a traves de su creación.

Job 9:10
El que hace cosas grandes e incomprensibles, Y maravillosas, sin número.
Salmos 139:14
Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras: Estoy maravillado, Y mi alma lo conoce bien.
Apocalipsis 15:3
Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso;
Salmos 135:6-7
Todo lo que quiso Dios, ha hecho En los cielos y en la tierra, en los mares y en todos los abismos. El hace subir las nubes del cabo de la tierra; El hizo los relámpagos para la lluvia; El saca los vientos de sus tesoros.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Genial! No sabía esa anécdota de Luis Pasteur. El nido donde yo estudié llevaba su nombre, pero pese a ello nunca supe mucho de su vida.

Hasta ahora no lo sé, pero descubrir la grandeza y las maravillas de Dios vale más que mil descubrimientos científicos.

Bendiciones!

José Arturo Cárdenas dijo...

Les envío esta otra anécdota de Pasteur:

Hecho ocurrido en 1892, verdadero y parte de una Biografía.

Un señor de unos 70 años viajaba en el tren, teniendo a su lado un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El señor a su vez, leía un libro de portada negra. Fue cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.

Sin mucha ceremonia, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
- Señor, usted todavía cree en este libro lleno de fábulas y cuentos?

- Si, mas no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?

- Pero claro que está. Creo que el señor debería estudiar Historia Universal.. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión. Solamente personas sin cultura todavía creen que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted debería conocer un poco más lo que nuestros científicos dicen de todo eso.

- Y es eso mismo lo que nuestros científicos dicen sobre la Biblia?

- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle, pero deme su tarjeta con su dirección para mandarle material por correo con la máxima urgencia.

El viejo entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho de su pantalón y le dio su tarjeta al muchacho.

Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose peor que una ameba.

En la tarjeta decía: Profesor Doctor Louis Pasteur, Director General del Instituto de Investigaciones Científicas de la Universidad Nacional de Francia.

"Un poco de Ciencia nos aparta de Dios. Mucha, nos aproxima". Louis Pasteur